Demócratas’ que quieren ser como Fidel Castro

 

El fracaso de la VI Cumbre de las Américas que se celebró el fin de semana pasado en Cartagena, Colombia, según el senador republicano estadounidense Marco Rubio se debió al error de haber queridocontaminar una cumbre de demócratas con una dictadura”. Rubio dio esa explicación en Cartagena a la radioemisora Voz de América, aludiendo a la presión ejercida por casi todos los gobernantes latinoamericanos y del Caribe para que el gobierno totalitario de Cuba fuera invitado a la Cumbre de las Américas, a pesar de que esta reunión es solo para gobernantes democráticos elegidos por los pueblos.

 

El senador estadounidense de ascendencia cubana aclaró que su paísrespeta mucho” a los gobiernos que abogan por la inclusión de Cuba en la Cumbre de las Américas, pero reiteró que EE.UU. no abandonará su “compromiso con la democracia en esta región y en el mundo” y más bien llamó a todos los gobiernos de América Latina y el Caribe a “comprometerse con la democracia y no apoyar a tiranías y dictaduras”.

 

Por supuesto que ninguno de esos gobernantes atenderá el llamado de Rubio, en primer lugar porque no todos ellos son democráticos. Ser elegido por voto popular no hace demócrata a quien gobierna de manera autocrática, menos si la elección ha sido fraudulenta como en el caso de Daniel Ortega en Nicaragua. Además, para ser democrático el gobernante no solo tiene que haber sido elegido por el pueblo en elecciones libres y limpias; también debe gobernar según las normas establecidas en la Carta Democrática Interamericana de la OEA.

 

Lamentablemente son cada vez más los presidentes de América Latina a quienes no les importa que se cumpla o no la Carta Democrática Interamericana, a pesar de que esta fue aprobada en septiembre de 2001 con el compromiso de que sería cumplida por todos los gobiernos. Al respecto es más que significativo lo que el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, dijo al periodista Andrés Oppenheimer, acerca de que “Washington y los países latinoamericanos debían discutir y quizás reevaluar sus definiciones sobre temas como la libertad de prensa, de elecciones libres y la democracia”. Así lo reveló el mencionado columnista internacional en su artículo publicado por LA PRENSA el sábado pasado.

 

¿Será esta una posición coyuntural o se trata de que estos gobernantes consideradosdemócratas” en el fondo envidian y quisieran tener el poder absoluto y vitalicio que concentran en sus manos los dictadores de Cuba? O quizás, dándoles el beneficio de la duda, ¿será una estrategia para que la dictadura comunista de Cuba evolucione poco a poco hacia la libertad y la democracia?

 

Pero el comunismo es incompatible con la democracia y por lo tanto es irreformable. Eso lo deben saber los ilustradosdemócratas” de centroderecha que gobiernan en diversos países latinoamericanos, quienes sin ningún pudor proponenreevaluar” y relativizar las instituciones, normas y valores de la democracia y la libertad.