Charlie Wilson
Febrero
11, 2010
Conocí a Charlie Wilson en Washington DC, casi a inicios
de la guerra de los 80. En su
papel como
congresista por el estado de Texas apoyó a los guerreros afganos (muyahidín), en lo que se conoció como la Operación Ciclón contra la invasión soviética a su país; mientras
nosotros hacíamos lo mismo en Nicaragua.
Charlie fue
el responsable debido a su posición como
miembro del Sub-Comité de Apropiaciones de Defensa de la Cámara de Representantes, de que los afganos pasaran de recibir unos cuantos miles de dólares en rifles obsoletos y viejos misiles, a un presupuesto de apróximadamente
$600 millones de dólares anuales que incluían
entrenamiento sofisticado y
cohetes tierra-aire
(Stinger), capaces de derribar
los imponentes helicópteros
MI-17 MI-24 del ejército soviético.
Se puede decir con toda seguridad que Charlie Wilson fue el co-garante (los otros fueron los combatientes afganos), de que los soviéticos salieran de Afghanistán con el rabo entre las piernas.
No puedo
aseverar que nuestro primer encuentro fue cordial. Nos presentó una funcionaria
del Servicio Exterior estadounidense quien me aseguró que el congresista sería un fantástico aliado para la causa de los Combatientes de la Libertad si
“lo trabajábamos bien”. Por mi parte el primer obstáculo
se presentó cuando le comunicaron que yo había sido
Oficial del Ministerio del Interior del FSLN.
Inmediatamente disparó-con una expresión amarga
en su cara,
y con mal tono- la que generalmente era la primera pregunta de personas como él.
- ¿Qué
te hizo
unirte a ellos?
- Quería
un cambio- Le respondí
-¿Querías
un cambio? Bueno, pues lo lograstes- Me contestó con un tono aun
más amargo que la vez anterior. ¿Y ahora por qué
estás aquí?- continuó.
A
ese punto
ya sabía yo que no ibamos
a llegar a algo bueno, por lo que
decidí responderle a mi manera.
-Gracias a personas como Usted,
que en el pasado han apoyado gobiernos
inútiles…
La
relación con Somoza Debayle
La amiga
funcionaria me había puesto al tanto de la relación entre Wilson y Anastasio
Somoza Debayle. Me advirtió
que el congresista era un ferviente admirador
de Somoza, llegando al extremo
de gestionar fondos del gobierno de Estados Unidos para respaldo
del ex-dictador nicaragüense.
Igual supe que
poco antes de la guerra,
Charlie llegó a Nicaragua con Ed Wilson, un conocido ex-oficial de la CIA, con
la intención de formar una fuerza antiinsurgente
especializada; pero el negocio se frustró porque se asegura que Somoza Debayle, embriagado, manoseó a la esposa del ex-agente de inteligencia.
Meses más tarde,
mientras asistía en Texas a un evento de organizaciones que luchaban contra el comunismo, los organizadores me concedieron tomar la palabra donde expuse, de manera breve, que habíamos
nicaragüenses que queríamos ganar la guerra en Nicaragua y no en la mesa de negociaciones.
Al terminar mi participación
Charlie fue uno de los que se acercaron a darme la mano, lo que aprovechó para
decirme que “sorpresivamente, existe algo en lo que tu y yo comulgamos.
Vamos bien”.
Después nos vimos en varias ocasiones en las que logramos
cruzar rápidos saludos. Él siempre tenía alguna
reunión o fiesta a la cual asistir. Por esa afición le
decían Happy Charlie.
Desconozco si llegó
a participar en los cabildeos
a favor de las fuerzas rebeldes que defendían
al pueblo nicaragüenses de los ataques
del FSLN con la pasión que lo hicieron
legisladores como Bob
Dornan, Claude Pepper, Richard Helms y otros tantos. Sinceramente no me hubiera extrañado.
Casualmente hace un
par de meses vi una película protagonizada por Tom Hanks (Charlie Wilson’s war - 2007), que se hizo basada
en esa parte de su vida. Me acordé de él y me dije que
lo llamaría para saludarlo y saber qué había de nuevo en su vida. Nunca levanté
el teléfono para contactarlo. Ya sabemos lo que
sucede cuando procastinamos.
Ayer los cables internacionales anunciaron su fallecimiento en un hospital de su Texas natal. Dentro de pocos días en ese
estado se dará sepultura a una parte de la historia. Que no sea ésta sino
Dios quien emita su juicio.
Descansa en Paz, Charlie Wilson.