El tufo nazi
John
Saxe-Fernández
Toda
pretensión de benevolencia
con que la propaganda adorna
el ejercicio de poder doméstico o internacional de EU
se desmorona desde la guerra de agresión desatada en 2003 por el petróleo de Irak y el régimen que siguió
bajo la batuta de EU, con las imborrables imágenes del bombardeo contra la población de Bagdad y de la tortura
en Abu-Graib. El tufo que emanó a la sombra del 11/9 de 2001 y su cauda de leyes marciales y concesión de poderes de guerra al Ejecutivo, bajo la guerra de auto-defensa anticipatoria, recordó el uso nazi del incendio
del Parlamento Alemán en 1933,
como dijo Golo Mann, para la manufactura de poder. Después de la Segunda Guerra
Mundial y en paralelo con reveses
militares en Corea y en
Vietnam, se acentuaron, a decir
de Gabriel y Joyce Kolko, los límites
del poder de EU, en particular ante una persistente multipolarización, desde los años 70, en materia industrial,
de alta tecnología y de una sensible pérdida de control corporativo sobre las reservas mundiales
de hidrocarburos que pasaron a ser bienes públicos.
Los
primeros aires podridos los sintió el pueblo iraní ante el golpe de Estado
contra Mossadegh articulado
por la CIA y el MI6 (1953), por
haber nacionalizado el petróleo. El corrupto régimen que siguió
del Sha, sembró el terror mientras el flujo del crudo enriquecía a Occidente. En Guatemala, Árbenz fue derrocado por
tocar intereses de la
United Fruit Company, un golpe seguido
de un rosario de intervenciones,
baños de sangre y terror de
Estado en América Latina, considerada
reserva estratégica por su vasta
dotación de recursos naturales: desde el derrocamiento de Goulart en Brasil (1964) hasta el de Zelaya en Honduras (2009) y de Lugo en Paraguay (2012), pasando por Allende
en Chile (1973).
Hace poco se conocieron más de 350 documentos oficiales de operaciones de EU en Chile, de 1969 a 1973 (La Jornada en línea 24/5/14) que se agregan al amplio archivo sobre acciones encubiertas político/electorales, de sabotaje económico/financiero del FMI-BM-BID, asesinatos y desestabilización, típicamente desplegadas contra gobiernos no gratos a las grandes
firmas de EU, como el de Allende por nacionalizar
el cobre o el de Chávez/Maduro
hoy, por dar un curso popular y nacional a la renta petrolera. Se incluyen “informes posteriores al triunfo electoral de Allende, cuando Nixon le pidió a Kissinger
‘hacer chillar la economía’ para impedir la confirmación de Allende en el poder y pidió ‘patear a Chile en el trasero’ por la nacionalización del cobre” (Ibid)
detallándose los planes para
la promoción del golpe de
Estado del 11/9 de 1973, seguido de un baño de sangre de corte hitleriano, liderado por Pinochet. El mayor aporte, dice el director del Proyecto
Chile del National Security Archive, donde está el acervo a disposición del público, es que permite
ir viendo el desarrollo de los acontecimientos
en Washington. En uno de ellos
se da cuenta que Kissinger pidió (al entonces director de la CIA, Richard Helms) un plan lo más preciso posible
que incluyese las órdenes que
se darán el 5 de septiembre,
a quiénes y de qué manera (Ibid). Así de detallado es el modus operandi golpista y post-golpe.
Con
la promoción de lazos entre
Pentágono y los militares
locales, cimentados, entre otros,
por la vía de programas de adiestramiento, visitas, becas y ventas de armamento, la balanza civil/militar se desequilibra y no sólo en la periferia, en especial luego del
11/9, 2001, cuando se instaura
en EU de un régimen de excepción
y un despliegue interno y externo de guerra irregular bajo campañas varias
contra el terrorismo, el narco,
el crimen organizado. Es un
contexto en que cobra gran peso la advertencia del presidente Eisenhower sobre las amenazas a las libertades y derechos constitucionales por parte del complejo militar-industrial, captadas, analizadas y teorizadas por C.Wright. Mills en su magistral La élite del poder (México, FCE), donde resalta el ascenso militar en las altas esferas
de la política y la corporación.
El
asunto es grave en momentos en que la Suprema Corte de Justicia de EU rehusó revisar una demanda encabezada
por Chris Hedges (truth-out.org) a quien se le unieron, entre otros, Noam Chomsky y Daniel Ellsberg, contra un inciso de la Ley que Autoriza la Defensa Nacional de 2012
(textual): que permite a
los militares capturar a ciudadanos de EU y mantenerlos bajo arresto indefinido
en centros de detención,
sin proceso debido. Con ese rechazo, dice Hedges, esa Ley sigue
vigente. “Significa que la nación ingresó
a una era post-constitucional.
Significa que el arresto extra judicial (extraordinary rendition) de ciudadanos de EU, en suelo nacional, es legal. Significa que las
cortes, al igual que las ramas
legislativa y ejecutiva del
gobierno, sirven exclusivamente al poder corporativo, uno de los elementos clave de la definición
de fascismo” (ibid).
El
tufo nazi viene de fuentes varias. No del Kremlin.
*John
Saxe-Fernández es un Nacido en Costa Rica y ciudadano mexicano, es doctor en Estudios Latinoamericanos de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional
Autónoma de México (UNAM).
Primer premio nacional de periodismo 2008; Investigador nacional Nivel III; Coordinador del programa "El
Mundo en el Siglo XXI"
del Centro de Investigaciones Interdisciplinarias
en Ciencias y Humanidades (CEIICH) de la UNAM.
jsaxef.blogspot.com