Senadores, ¿qué más les
ocultan?
Jorge Camil
En días pasados nos enteramos
de dos violaciones más a la soberanía nacional: la operación Rápido y furioso y
los sobrevuelos de aviones no tripulados (¿del Pentágono?, ¿de la CIA?) en
territorio nacional. En la primera operación, Estados Unidos promovía o
promueve la turbia introducción de armas para ponerlas en manos de los
cárteles, y "dejarlas caminar" para seguirles el rastro: ¿Irangate
bis? Y en cuanto a la segunda, los senadores deben saber que algunos aviones no
tripulados (drones) suelen ir armados, listos para bombardear a grupos
hostiles, y capaces de eliminar enemigos individuales en acciones que violan
los derechos humanos, y que prestigiosos internacionalistas definen como
targeted killings (asesinatos por control remoto, o por encargo); como en
Pakistán. ¿Y ahora en México?
Rápido y furioso funcionó
bien hasta que una de las armas asesinó al agente Brian Terry. Después, cuando
acribillaron a Jaime Zapata en San Luis Potosí con una AK-47, John Dodson
reveló a CBS en Phoenix los detalles de una operación criminal en la que
"por órdenes superiores" se hacía "de la vista gorda" y
permitía el contrabando de armas a México.
Los sobrevuelos fueron
descubiertos gracias a un artículo en The New York Times titulado “Drones de
Estados Unidos luchan contra el tráfico de drogas en México”:
http://nyti.ms/gQbxxN. Y aunque el Times mencionó que hasta donde sabe los
drones mexicanos "no van armados", es imposible comprobarlo. Los
utilizan el Pentágono y el departamento de seguridad interior para
"proteger" la frontera con México, y aparentemente han estado
involucrados en operativos para atrapar narcos. Ahora sobrevuelan el territorio
nacional. Los usa con impunidad la CIA de Obama para bombardear Pakistán y
asesinar líderes de Al Qaeda por control remoto (¡como jugar Nintendo!). ¿Será
ése nuestro caso? ¿El acuerdo con Obama es por escrito? ¿Lo conoce el Senado, o
es secreto, como sugirió la canciller?
The New American Foundation
(que vigila el desarrollo de la democracia y la política exterior de Estados
Unidos) considera que los vuelos no tripulados de la CIA han asesinado
ilegalmente en Pakistán a cientos de militantes de Al Qaeda, y de civiles
clasificados como "daños colaterales": http://nyti.ms/8yfNSP.
Ahora que congresistas
estadunidenses y sus comandantes militares consideran al narco mexicano una
"fuerza terrorista" y, como reportó La Jornada, el décimo ejército
del mundo en función de su enorme poderío económico (http://bit.ly/h9YMTc),
¿qué les impide utilizar los vuelos para eliminar criminales?
Hasta hoy el gobierno
mexicano insiste en que jamás supo de Rápido y furioso, mientras la embajada,
aún en manos de Carlos Pascual, sostiene lo contrario. Y en el caso de los
sobrevuelos, después del artículo del Times, Calderón reconoció la operación,
pero recurrió a argumentos legales mañosos para pretender que la presidencia
tenía facultades y que los aviones militares extranjeros no violaban la
Constitución (ver en La Jornada mi artículo sobre las lamentables declaraciones
de la canciller en el Senado: http://bit.ly/eTaKdq).
Con la complacencia del
gobierno y la ignorancia del Senado presenciamos el inicio de una peligrosa
expansión de las actividades militares de Estados Unidos en México y
Centroamérica, nuevo refugio de los cárteles mexicanos. Se acabó la Iniciativa
Mérida. Ahora buscan un "enfoque regional". México, por su posición
geográfica, la experiencia de su Ejército en la lucha con el narco y la postura
condescendiente de Calderón se ha convertido, con un elevado riesgo para su
estabilidad política, en el centro de la guerra contra el crimen en América
Latina. Así parecen indicarlo las últimas comparecencias legislativas del alto
mando estadunidense reportadas en La Jornada: http://bit.ly/h8n98J.
Los comandantes planean
convertir a México en el socio ideal para combatir a las organizaciones
criminales trasnacionales (TCO, por sus siglas en inglés): uno de los mayores
riesgos para su seguridad nacional. Douglas Fraser, jefe del Comando del Sur,
considera al triángulo al sur de México (Honduras, Guatemala, El Salvador)
"el área más peligrosa de la Tierra". En esas mismas comparecencias
Robert Mueller, director de la FBI, expresó que Calderón había sido incapaz de
controlar el aumento exponencial de la violencia generada por las TCO.
¿Qué papel juega en todo esto
el "amigo" Obama? Tras de tirar la piedra de Rápido y furioso y
esconder la mano (todos en Washington pretenden negar el operativo), y de
autorizar los sobrevuelos antes del acuerdo con Calderón, ahora se refiere a
éste como un "gobernante frustrado por la violencia". Increíble:
Obama, ex profesor de derecho constitucional, ha mostrado menos respeto por el
derecho internacional que George W. Bush. Ha autorizado cientos de ataques y
asesinatos ilegales con drones armados en Pakistán, con quien no existe un
estado de guerra. No creo que hoy, en plena relección, tuviese inconveniente en
autorizar targeted killings en México a fin de "proteger" la frontera
de Estados Unidos. ¿Lo permitirá el Senado mexicano?