Razones que la razón desconoce
Viernes, 17 de Agosto de 2012
La noticia ha dado la vuelta al mundo: el Gobierno de Ecuador ha concedido asilo diplomático al fundador de WikiLeaks, Julián Assange. Nunca antes, a excepción tal vez de los conflictos limítrofes con Perú, nuestros varios golpes de estado y del ‘affaire’ del 30 de septiembre, el país ha concitado una atención tan puntual. Somos, desafortunadamente, muy populares.
Los argumentos de la Cancillería para otorgar el asilo, son que Assange “podría ser víctima de una persecución política, de la falta de libertad de expresión y libertad de prensa” y que su vida e integridad podrían estar en peligro”. Londres dijo que tiene la obligación legal de extraditar al australiano a Suecia. Los suecos insisten en las acusaciones en su contra y deploran la actitud ecuatoriana.
Este caso ha dejado pequeños a otros que se ventilan en el país como, por ejemplo, el de las firmas falsas o la ‘narcovalija’. También opaca cualquier tipo de especulación relativa a los motivos para los cambios que se avizoran en el Gabinete. La ‘justiciera’ causa a favor de Assange, de la que no han gozado muchos de nuestros compatriotas, garantiza semanas de distracción.
Desde que cedió al Gobierno información privilegiada sobre la diplomacia norteamericana sobre Ecuador y entrevistó muy halagüeñamente al presidente Correa, existe un compromiso tácito con el famoso experto informático, acusado en Suecia de violación, que de comprobarse sería un delito común, no político. En fin, como dijo el filósofo francés Blaise Pascal: “El corazón tiene razones que la razón desconoce”.