FARC, CIA, FF.AA.
By Carlos Freile
19 de Abril
de 2008
Tenía toda la razón
el Señor Presidente al exigir a Colombia las pruebas de las presuntas vinculaciones del gobierno nacional
con las FARC. Los ecuatorianos
esperamos esas pruebas, aunque en sectores críticos se ventilan dudas bastante fundadas: ¿Por qué las
ansias de impedir las investigaciones de la supuesta financiación de las FARC a la campaña de Alianza País? ¿Qué suponen las
últimas declaraciones de Chávez sobre ese tema? ¿Por qué no se interrogó con meticulosidad a la estudiante mexicana sobre sus contactos
en Ecuador para llegar al campamento guerrillero y otros temas cruciales?
Así también los
ecuatorianos tenemos el derecho a exigir, con respeto pero con vigor, que aclare su
acusación de que nuestros servicios de inteligencia han
estado al servicio de la
CIA. Como lo hizo en público,
es su obligación
moral detallar ante el país
los elementos de esa tremenda acusación
que, de probarse, demostraría una infausta conducta, por decir lo menos.
Si no presenta las pruebas de su enorme acusación,
los ecuatorianos podrán pensar, con todo derecho, o que se apresuró a lanzarla sin bases suficientes,
lo que significaría falta de prudencia y de ponderación, o que se inventó la vinculación para provocar cambios
en los altos mandos militares. En ambos casos
su conducta y su honradez quedarían
en mal predicamento.
En cambio, si presenta
esas pruebas de manera innegable, todos aplaudiremos sus acciones y su patriotismo. Al hacerlas públicas deberá distinguir con claridad a los elementos dañados
de los sanos.
En el caso, todavía no probado, de que hubiese habido conductas desleales, los inocentes tienen
el derecho básico de exigir que se los
exima de responsabilidades por su propia
honra y de las Fuerzas Armadas.
Éste es un
punto que el Presidente está obligado a no soslayar de ninguna manera.
Según noticias de prensa,
la Asamblea Constituyente formará una comisión
para estudiar las denuncias. Se trata
de una iniciativa inútil y politiquera, pues bastará con que el Señor Presidente
informe al país de manera exhaustiva sobre la supuesta infiltración para que todos conozcamos
la verdad. Lo demás sobra y cae en demagogias propias de politicastros de épocas superadas y afrentadas.