La tiranía de las redes socials

 

Se ha terminado la vida privada para siempre y con su pérdida nace el mayor riesgo de empañar nuestra imagen pública.

 

Víctor Gordoa

 

Las redes sociales nos han tomado a todos por sorpresa no importa cuál sea la edad, género o condición socioeconómica, todos sin excepción estaremos sujetos a su problemática más temprano que tarde. Es lógico que habrá grupos más vulnerables que otros, sobre todo por la ignorancia del funcionamiento de las redes y entre ellos estarán los adultos que se creen anónimos, los hombres y mujeres reacios a la tecnología y los miembros de los niveles socioeconómicos más bajos, lo digo sin que signifique un menosprecio de mi parte. Por favor, siga leyendo.

 

Adiós privacidad

 

La vida privada se ha terminado para siempre y con su pérdida nace el mayor riesgo de empañar nuestra imagen pública. Salvaguardar la privacidad será cada vez más difícil, ya que cualquiera que posea un teléfono celular se constituirá en un espía de nuestra vida privada y podrá actuar mediante fotos o video en el momento en el que menos lo imaginemos; vamosaunque nuestro perfil sea discreto y creamos que a nadie le podríamos resultar interesantes, de todas formas nos pasará, pues aunque no seamos un personaje importante lo atractivo será la buena historia que signifiquemos independientemente de quién la protagonice, así, ya no necesitamos ser famosos para ser actores principales en las redes sociales. Ejemplos reales de ambos casos son: el senador norteamericano seduciendo con el torso desnudo, la mamá de una cantante famosa y otra cantante también famosa bailando en lencería (cada una por separado no vayan a pensar otra cosa), un chamaquillo norteño cayéndose al agua (pionero), la actricita de medio pelo teniendo sexo oral con su novio en turno, el ladrón perpetrando su atraco (y gracias a las imágenes siendo después capturadopobres, ni ellos se salvan), la otra artista borrachísima hablando mal de sus colegas famosas, un bombero rescatando a una víctima de un incendio convirtiéndose en héroe público, el político importante en la lujosa fiesta de la primera comunión de su hija, un grupo de policías golpeando a un desvalido o una niñita simpatiquísima bailando, serán motivo de cientos de miles de visitas en cualquiera de las redes sociales y enterarnos casi en el momento en que sucede será posible gracias a la tecnología con que una cámara captó el hecho con o sin consentimiento del protagonista, a la voluntad de un camarógrafo que ayudado de más tecnología pudo subir a la red las imágenes en una fracción de tiempo pequeña y a la reproducción múltiple por reenvíos casi instantáneos de las imágenes captadas.

 

El real Big Brother…

 

El Big Brother ya llegó y está encarnado en cada uno de aquellos que tomarán como timbre de orgullo el haber logrado captar las imágenes que después verán miles, que sumarán a su fuente de ingresos la venta de la información a los medios de comunicación o el chantaje. En los naifs que creerán que hay uso privado de las redes sociales y que esa supuesta protección no significará que los directores de recursos humanos podrán checar sus perfiles para contratarlos, que los votantes no se enterarán de que estando casados le están tirando la onda a una chava o que sus maridos no se van a enterar de lo que hacen cuando van a comer con sus amiguitas. Ni modo, ahora todos tendremos que cuidarnos el doble para apenas salvaguardar la mitad de nuestra privacidad.

 

 *Rector del Colegio de Imagen Pública

 

www.imagenpublica.com.mx

2011-02-16 05:00:00