Desatinos imperiales
By Francisco Arias Cárdenas
Ninguna seriedad pueden tener resultados
revelados por una policía como Interpol
Nunca fueron tan coincidentes los tiempos que marcan
los acontecimientos de nuestros pueblos como
en los días que vivimos. Tiempos de coyuntura,
de bifurcación de caminos y
de acentuadas contradicciones
entre intereses que afloran y se muestran.
Hace unas tres
semanas el ministro de Defensa del Brasil,
de gira por nuestra patria y otras naciones suramericanas, trajo el mensaje de la alianza militar del continente suramericano. Sueño cierto y posible en estos tiempos que
nos ha correspondido vivir.
Apenas unos días después se presentaron los acontecimientos que ahora nos
apañan. Viene la IV flota y por otro lado,
Interpol inicia la presentación
de los contenidos de las supuestas computadoras,
que afirma el gobierno del presidente Uribe, fueron capturadas
de territorio ecuatoriano después de la violación
territorial a aquella nación.
Ninguna seriedad pueden tener resultados
revelados por una policía como
Interpol en base a supuestas pruebas
recogidas después de la realización de una acción delictiva, como fue la que
protagonizó el gobierno del
presidente Uribe en territorio ecuatoriano.
Todo indica que
el grave delito de la América
del Sur es que los pueblos hayan optado por
romper con la tradición de gobiernos
que actuaban siguiendo mandatos de la potencia imperial y colocar presidentes decididamente comprometidos con el mismo pueblo
y al servicio exclusivo de los intereses de sus propias naciones.
Lo que
pareciera mucho más grave para los jefes
del imperio y para sus lacayos
en nuestros países es la UNIDAD latinoamericana.
No tenemos duda que la realidad que significa Unasur
es la causa más importante de los desatinos y la forma de desdibujarse que recientemente hemos visto por parte
de los agentes imperiales.