Frontera sellada
Enrique
Berruga Filloy*
Cada día se endurece más el proyecto de ley migratoria estadounidense: el plazo para obtener
la ciudadanía ha pasado de
13 a 15 años, los migrantes
tendrán que reconocer que entraron
ilegalmente a territorio de
Estados Unidos y ahora, las medidas
de control de fronterizo deberán
duplicarse, tanto en presupuesto, como en número de efectivos. La propuesta planteada por los senadores republicanos Bob Corker de Tennessee y John Hoeven de Dakota del Norte, demanda
que la policía fronteriza aumente a 40 mil agentes, exige la construcción de una barda de mil 120 kilómetros, sensores de rayos infrarrojos y la utilización de aviones no tripulados. La cifra es demoledora:
habrá 13 policías por cada kilómetro
de la frontera común.
A
pesar de lo rigurosa que pueda parecer
a los ojos mexicanos, esta propuesta ha sido recibida con gran beneplácito por senadores de ambos partidos, debido a que había iniciativas
aun más radicales.
Los mismos demócratas han calificado esta fórmula como
un arreglo de “compromiso” para aprobar la reforma.
La
principal preocupación que generaba el reforzamiento de la frontera era el costo: 30 mil millones de dólares anuales. Sin embargo, esta duda ha sido despejada
por la Oficina de Presupuesto del Congreso, al asegurar que la legalización de cerca de 11 millones de indocumentados se traducirá en un ingreso fiscal de
200 mil millones de dólares.
Así ya salen
las cuentas. La iniciativa de reforma deberá ser aprobada en estos términos con una votación favorable de 70 senadores. El proyecto será turnado a la Cámara de Representantes donde los republicanos tienen mayoría y se espera que endurezcan
aun más el proyecto.
Tanto republicanos como demócratas están de acuerdo en dos cosas: la frontera tiene que ser sellada
efectivamente, a fin de que
dentro de diez años no se vean en la necesidad de regularizar a otros tantos millones
de ilegales. También los une la necesidad política de acercarse al votante latino que en las últimas
elecciones fue determinante para el triunfo de Barack Obama. Los republicanos
saben que no podrán ganar elecciones
importantes en el futuro
sin el voto hispano.
¿Qué impacto tendrá
esta ley sobre México? El más evidente es que
la frontera será más peligrosa, prácticamente infranqueable. Habrá más muertos
y más arrestados. Los polleros los cruzarán por sitios de mayor riesgo. El sellamiento de la frontera supondrá un reto mayor para el gobierno mexicano y para las ciudades
fronterizas pues la región se convertirá en un auténtico tapón humano. Los migrantes mexicanos y centroamericanos que alcancen la línea fronteriza se quedarán varados en esa zona, generando
presión sobre las necesidades de empleo y de servicios.
Durante
los primeros cuatro años de la administración Obama
se rompió el récord histórico de deportaciones: un millón 700 mil deportados. Con la
entrada en vigor de la nueva
ley migratoria, el gobierno deberá demostrar que ha sido capaz de detener
a nueve de cada diez migrantes que intenten cruzar.
El
sellamiento de la frontera pondrá fin a una era: los mexicanos que no encuentren empleo en México ya no podrán irse
con facilidad a EU. Las remesas
irán necesariamente a la baja (como ya
está sucediendo) y México tendrá que agilizar
la creación de puestos de trabajo como nunca
antes. Las autoridades mexicanas
tendrán que tomar decisiones sobre el destino de los migrantes que cruzan
por nuestro país desde Centroamérica.
México tendrá que ejercer mayor control sobre su frontera con Guatemala, que es parte de los objetivos que busca
provocar EU con esta nueva ley migratoria.
México
dejará de ser el país con
mayor número de migrantes
en el mundo. Una ley pensada en función de los intereses de EU impactará particularmente a
México. Es necesario que
México concientice a los congresistas
norteamericanos sobre este impacto. Pero
más importante es que nuestro
país esté preparado para enfrentar consecuencias sin precedente.
Enrique Berruga Filloy, Diplomático y escritor. Representante Permanente de México ante la ONU de 2003 a 2007. Embajador de
México desde 1995. Fue Subsecretario para América del Norte y Subsecretario
para Asuntos Multilaterales, Africa, Asia y Europa.
Autor de tres novelas. “Propiedad Ajena” se ha hecho película por el director Luis Vélez. Profesor de relaciones internacionales del ITAM. Miembro de la Junta de Gobierno de la International Peace Academy. Actualmente es Co-Presidente para la reforma del sistema mundial del medio ambiente, cargo para el que fue electo
por la Asamblea General de las Naciones Unidas.