El déficit, el
“tea party” y la Fed
octubre de 2010
El déficit
del gobierno federal de los Estados
Unidos de América (EU) en
el año 2009 sumó la cantidad récord de 1.4 billones de dólares. Para el cierre del año fiscal del 2010 (septiembre) descendió un poco, a casi 1.3 billones y el estimado para 2011 va entre 1.2 billones y, de nuevo, 1.4 billones. Pero la situación puede empeorar si continúan
los beneficios fiscales para los individuos de mayores ingresos, los cuales vienen desde
la era Bush. Se trata de unos
700 mil millones de dólares
en impuestos. Se suman a
los ingresos federales o se
quedan en los bolsillos de una minoría. Y si además tomamos
en cuenta el déficit en las cuentas nacionales
—exportaciones, importaciones,
donde México sale favorecido—
y los de otros niveles de gobierno (y esos afectan hasta la renovación de la infraestructura básica, como en Nueva Jersey), nos damos cuenta
de los problemas económicos
del gobierno de Obama. Y de los EU en su conjunto.
Por eso urgía
“salir” de Irak y por ello se abren
discusiones políticas con
el Talibán en Afganistán.
En diciembre se va a realizar una evaluación
general del curso del conflicto
y se verá si funcionó el ingreso de 30 mil tropas de EU al conflicto. Y se cambiará lo que tenga que cambiar,
Obama dixit.
Los costos
de esas dos guerras han socavado a la economía, cuando —por si algo
faltara— la burbuja inmobiliaria se quebró y ahora hasta los derechos de propiedad son vulnerados por “errores” serios de las financieras. Le han quitado su
casa hasta a quien no debía un centavo. Y a ciegas; en automático. Algunos van a pagar caro esos
“errores” y, por lo pronto,
se han suspendido muchos de los procedimientos de expulsión de los deudores. Por lo pronto queda claro: el nivel de los EU en el mundo de nuestros días es “primero
entre pares”. Nada más y nada menos.
Es el mundo multipolar, el cual nos fue
heredado luego de la Guerra
Fría.
Pero eso no le gusta a muchos hombres blancos enojados quienes —desde el Tea Party— aborrecen el costo y los gastos del Gran Hermano y así se han apoderado
de aparatos enteros del Partido Republicano, y hay unas 35 posiciones para el Congreso, según cuentas de Associated
Press, que pueden ganar. Desde Hawai
hasta Alaska, el enojado
hombre blanco exclama a gritos su molestia
y puede modificar en noviembre la composición del Congreso.
Al menos
puede ganar la mayoría republicana en la Cámara de Representantes. Y eso podría complicar
en mucho las labores del gobierno de Obama y su reelección.
En esta
situación y frente a la posibilidad de que se incrementen las tasas de interés, afectando el costo de la inmensa deuda nacional,
la Reserva Federal (la Fed) se prepara
para intervenir. Hay que inyectar liquidez
a la economía y promover la
creación de empleos —el gran asunto de estos días. De esta manera ahora
a lo hecho, pecho, y veremos luego de las elecciones.
Pero lo que no se puede permitir es mantener la tasa de desempleo en los actuales niveles (casi uno de cada
10 trabajadores). Eso es lo inadmisible y más pensando en el 2012: en la batalla por la Casa Blanca. Y, conste, quien piense
que Obama es Carter se equivoca en forma radical.
El
mulato va a usar todos los resortes del poder presidencial para buscar superar la actual situación.
Y eso
implica por supuesto, promover desde la presidencia la reforma migratoria integral. Para
colocar en esto a los republicanos entre la espada y la
pared. Así que hasta ahí tenemos
buenas noticias, pase lo que suceda
en noviembre. Aun con un Senado de mayoría republicana, opción improbable pero no imposible. Y todavía falta por
ver si algún
suceso o cadena de acontecimientos logra reconstruir la coalición de minorías y blancos liberales que llevó
a la presidencia a Barack Obama. No hay que descartar esta
posibilidad: el Tea Party ya
se volvió demasiado
visible. Por mientras, en
la administración federal han
ocurrido muchos cambios en el primer equipo, los cuales indican que la Casa Blanca y la vicepresidencia
se preparan para enfrentar eventualidades como la toma del Capitolio por los republicanos y su inserción en muchas gubernaturas de los estados.
Si esto
ocurriese deberemos prepararnos para ver una feroz
guerra de posiciones y en donde los grandes lineamientos serán “regresen el país al hombre blanco” por un lado, y por el otro, “la coalición de minorías y liberales es la mayoría”.
Y, como
telón de fondo, la necesidad de reactivar la capacidad de competencia de la economía de todo el subcontinente.