Obama y la enseñanza del español

 

Deberían pensar cómo hacer para que sus hijos sean bilingües”.

 

Por: Andrés Oppenheimmer

 

El reciente comentario del candidato presidencial demócrata, Barack Obama, de que los estadounidenses deberían hacer estudiar español o alguna otra lengua extranjera a sus hijos ha provocado una avalancha de críticas de los defensores del inglés como idioma único, y de los adalides de las campañas contra los inmigrantes en la televisión por cable.

 

Pero Obama está en lo cierto. Ya se trate del español o de cualquier otra lengua extranjera, los estadounidenses están muy por detrás del resto del mundo industrializado en lo que hace al dominio de otras lenguas.

 

En su discurso en Georgia del 8 de julio, Obama dijo, respondiendo a una pregunta sobre bilingüismo: “Vivimos en una economía global. Y yo no entiendo a la gente que vive preocupada diciendoDebemos hablar sólo en inglés’. Quieren aprobar una ley que diga: ‘Queremos sólo hablar inglés’. Ahora bien, estoy de acuerdo con que los inmigrantes deben aprender inglés. Estoy de acuerdo. Pero es importante que se entienda esto: en vez de preocuparse porque los inmigrantes puedan aprender el inglés --que lo aprenderán--, es necesario asegurarse de que sus hijos sepan hablar español. Deberían pensar cómo hacer para que sus hijos sean bilingües. Todos los niños deberían hablar más de un idioma’’.

 

Obama agregó: “Es vergonzoso cuando los europeos vienen aquí ... todos hablan inglés, hablan francés, hablan alemán. Y cuando nosotros vamos a Europa, todo lo que podemos decir es ‘merci beaucoup’. ¿No es cierto?’’

 

De inmediato, los abanderados de la causa antiinmigración se volvieron locos. Lou Dobbs, de CNN, y otros presentadores de televisión por cable que suelen ser alérgicos a todo lo que suene hispano adujeron que Obama estaba instando a los estadounidenses a aprender sólo español, en lugar de cualquier otra segunda lengua. La sola idea de que haya más gente en EE.UU.  que hable español los sacó de sus casillas.

 

Pero el hecho es que el porcentaje de estadounidenses que dominan una lengua extranjera es patético comparado con el de otros países ricos. Según el Departamento de Educación, de cada 100 cursos universitarias escogidos por los estudiantes estadounidenses, sólo 8.6 están dedicados al estudio de una lengua extranjera.

 

“En cifras totales, ahora hay más estudiantes universitarios que nunca estudiando lenguas extranjeras’’, me dijo Rosemary Feal, directora ejecutiva de la Asociación de Lenguas Modernas (MLA), una organización con sede en Nueva York integrada por más de 30 mil académicos dedicados a promover la enseñanza de lenguas extranjeras. “Pero como porcentaje del número total de estudiantes universitarios, el número de los que cursan lenguas extranjeras ha disminuido desde la década de 1970’’.

 

Por comparación, una encuesta reciente realizada por Eurobarómetro en los 27 países de la Unión Europea reveló que el 56 por ciento de los europeos habla al menos una lengua además de su lengua natal, lo que significa un aumento respecto del 53 por ciento registrado hace cinco años.

 

En Luxemburgouno de los países mas ricos del mundo–, el 99 por ciento de la población habla una segunda lengua, mientras el 97 por ciento de los eslovacos y el 95 por ciento de los letones domina un segundo idioma. Alrededor del 28 por ciento de los europeos habla dos lenguas extranjeras, un aumento respecto del 26 por ciento registrado hace cinco años, según la encuesta.

 

Feal, del MLA, es optimista de que los estadounidenses revertirán la tendencia descendente del estudio de lenguas extranjeras en el país. ‘’Los ataques del 11 de septiembre han creado conciencia de la necesidad de saber más sobre el resto del mundo, y la mejor manera de hacerlo es aprendiendo las lenguas del resto del mundo’’, dijo Feal. “Y los padres ya reconocen las ventajas de aprender una lengua extranjera bien temprano en la vida. Eso aumenta la inteligencia de los niños: los estudios demuestran que un cerebro bilingüe aprende todo mejor’’.

 

Mi opinión: Obama tiene razón, aunque hubiera sido lindo que él mismo hablara español, o algún otro idioma. No hay duda de que los estadounidenses, y especialmente los inmigrantes, deberían mejorar su manejo del inglés. Por supuesto que deberían hacerlo. Estudiar una segunda lengua no sólo mejoraría las posibilidades laborales de las futuras generaciones de estadounidenses, sino que ayudaría a Estados Unidos a ser mucho más competitivo en la economía mundial, a estar más alerta sobre lo que está ocurriendo en el resto del planeta y, en última instancia, a ser un país más seguro.