Espionaje Total

 

Hay quien ve cierta lógica imperial en enterarse, por ejemplo, de qué pie cojea el pollo en América Latina

 

MANUEL RIVAS

 

26 OCT 2013

 

El mundo libre tiene un gran problema: nos están chuleando la libertad. Cualquiera que sea el antro del Averno en que se encuentre, el cazabrujas senador McCarthy debe de estar desternillándose de risa. Brindará con toda la pandilla de espectros históricos que antepusieron la seguridad del Estado, es decir, su propiedad privada, a la libertad, cuando sabemos que la inseguridad empieza justo cuando se violan las libertades. Orwell profetizó que el nuevo autoritarismo llegaría ondeando la bandera liberal como señuelo. Pero uno nunca acaba de creerse las grandes profecías, porque bastante castigo tiene con el tarot diario nacional. Vemos cuánta razón tenía el autor de 1984 cuando la Oreja que Todo lo Oye se ha interesado por el móvil de Merkel y hasta por las conversaciones de Rajoy.

 

Los dirigentes franceses acusan a Estados Unidos de no respetar a sus aliados y no entender de otra cosa "que des cibles ou des vassaux". O punto de tiro o vasallos. Sobre lo primero, Amnistía Internacional ha denunciado la criminalidad celestial de los drones. En cuanto al espionaje total, la Agencia Nacional de Seguridad (NSA) podría presentarlo como un triunfo definitivo de la globalización, equiparable a la expansión de transgénicos y pesticidas de Monsanto. Hay quien ve cierta lógica imperial en enterarse, por ejemplo, de qué pie cojea el pollo en América Latina. Pero los imperios también se aburren. Lo que tiene morbo es enterarse de los secretos del francés, ese "cotilleo sublime" que inspiró a Proust. No digamos ya las conversaciones de Merkel, contándole al presidente griego lo de Hansel y Gretel.

 

Lo más fascinante para la NSA tiene que ser la escucha del móvil de Rajoy. Esos interminables silencios, con signos de puntuación y faltas de ortografía, que ni el más avezado espía consigue descifrar. Con todo, bien haría la NSA en concentrar su labor en territorio propio a ver si averiguan de una vez quién demonios mató a Kennedy.