España, ¿marca de fracaso?

 

Por: Antonio Estella

 

04 de octubre de 2012

 

La única referencia que hubo ayer, en el debate entre Obama y Romney, a un país extranjero, y casi la única referencia internacional, fue a España. Para Romney, España es el contra-ejemplo, es aquello que los americanos no debieran emular: un país en el que “el 42% de los impuestos se van al gobierno”, como en Estados Unidos, de acuerdo con el Gobernador. No sabemos exactamente a qué se estaba refiriendo Romney, pero es posible entender que lo que tenía en mente era el gasto público de nuestro país como % del PIB, que está aproximadamente en esa cifra.

 

¿Por qué citar a España? Es evidente que las razones son mucho más profundas, si uno tiene en cuenta que hay otros países cuyo gasto público es superior, como Suecia, (53,1% PIB); Noruega (46% PIB); e incluso el Reino Unido (51% PIB).

 

Por tanto, Romney podía haber dicho: “Obama nos está llevando hacia la situación de Suecia, que gasta incluso más que nosotros en su gobierno” o también “Obama nos está llevando a la situación de Reino Unido, que gasta…”. ¿Verdad que si lo hubiera hecho a todo el mundo le habría parecido una referencia extemporánea? Los debates en Estados Unidos se ganan o se pierden por este tipo de detalles, así que imagino los titulares del día siguiente: “Romney no sabe donde está Suecia”, “Romney, en un patinazo, pone a Suecia de ejemplo de lo que no debe ser” o si queremos incluso ser más cínicos “Romney confunde a Suecia con España”.

 

Evidentemente, Romney podía haber puesto otros ejemplos; pero no los puso; puso el ejemplo de España, y todo el mundo pareció entender el mensaje subliminal de lo que estaba queriendo decir. Subliminal: no de lo que estaba diciendo, sino de aquello a  lo que en realidad estaba haciendo referencia sin mencionarlo de manera directa. Vi el debate junto con otros muchos colegas de la Universidad de Princeton, y cuando se hizo la referencia a España, muchos de ellos me hicieron una seña mostrando su solidaridad conmigo: “lo sentimos”, era el mensaje. Y en el fondo, Romney solamente estaba diciendo que no quiere que se gaste tanto en “el gobierno”, como por ejemplo, en España. No estaba diciendo otra cosa, no nos estaba insultando, ultrajando, ni nada parecido. Si Romney hubiera añadido algún calificativo, como por ejemplo “en decadencia”, se podría haber entendido. Pero lo que hizo Romney fue citar un hecho. ¿A que vino la expresión de solidaridad de mis compañeros, entonces?

 

Evidentemente, todos sabemos la respuesta a esa pregunta. España ha pasado de ser citada como un ejemplo de éxito, a ser citada como un ejemplo de fracaso. Si la reacción de Cospedal (España no arde por los cuatro costados) es todo lo que tenemos en estos momentos, entonces vamos listos. Que España se ponga como ejemplo implícito de lo que no debería ser por la primera potencia mundial, y que todo el mundo entienda lo que se quiere decir con esa referencia elíptica, debería hacernos pensar, y mucho.