Lula pidió a Chávez que bajara el tono
contra EE UU
El presidente
brasileño envió a su ex lugarteniente, José Dirceu, a advertirle
a su par venezolano de que no "jugara con fuego"
Juan Jesús
Aznárez
21/12/2010
Madrid: La incendiaria retórica de Hugo
Chávez desde su primera investidura presidencial no solo molestaba a Estados Unidos, el principal destinatario de las inventivas, sino también a Brasil, cuyo presidente, Lula da Silva, quiso aplacar la virulencia del discurso bolivariano con mensajes privados que le solicitaban contención. Uno de
los emisarios de Lula a Caracas fue
José Dirceu, su lugarteniente en el Gobierno, que habría advertido
a Chávez sobre la conveniencia
de dejar "jugar con fuego", según dijo el propio Dirceu en una entrevista
con el embajador norteamericano
en Brasilia, John Danilovich. No hay certeza de que Dirceu fuera así
de tajante con Chávez o solo se trató
de una promesa encaminada a complacer a EE UU, aparentemente irritado por el silencio de Brasilia ante los excesos
verbales del ex teniente de
paracaidistas.
No parece
que la recomendación cursada por Lula haya tenido efecto
pues el presidente venezolano continuó atacando a Estados Unidos en todos los frentes y, frecuentemente, al colombiano Álvaro Uribe, aliado
de Washington en una región
donde Chávez quiere consolidar su influencia.
Los insultos contra George W. Bush fueron terribles un año después la reunión de Dirceu con los diplomáticos norteamericanos:
"burro", "alcohólico" y "asesino", fueron algunos calificativos pronunciados en público. El informe del embajador Danilovich al Departamento de
Estado, en abril de 2005, informaba
de que el principal asesor
de Lula viajará a Caracas con el permiso
del presidente "llevando
el contundente mensaje de que Chávez debería renunciar a su provocadora retórica y centrarse en los problemas internos de su país".
El jefe
de la legación diplomática explicó a Dirceu que la política de Washington en ese sentido era no contestar a Chávez para no darle excusas y facilitar que con sus palabras él
mismo demostrara su verdadera naturaleza,
"es decir, que se ahogue él
mismo". Los choques
entre Chávez y Estados Unidos
fueron especialmente intensos desde que el presidente venezolano llegara a la conclusión de que el golpe petrolero del año 2002, que casi
lo expulsa del poder, estuvo promovido por Washington en reuniones secretas con la oposición.
"Las provocaciones de Chávez contra Estados Unidos perjudican a los intereses nacionales de Venezuela y son motivos
de preocupación para Brasil y sus vecinos",
escribe el diplomático norteamericano.
Dirceu prometió comunicar a Chávez que no solo el
Gobierno de Estados Unidos le es hostil,
sino que también las élites norteamericanas, e incluso el
hombre de la calle, comenzaba
a ver a Venezuela como un problema, y que esa tensa situación
con la sociedad norteamericana
no le beneficiaba ni a él, ni a su
país". No obstante, el embajador
subrayó al asesor principal
de Lula su criterio de que la "alianza estratégica" entre Lula y Chávez y la aparente resistencia de Lula y otros líderes regionales
a criticar públicamente las declaraciones más ofensivas de Chávez "puede llevar a algunos observadores a asumir que Brasil
y otros países coinciden con lo que se dice en esas declaraciones y que, en la realidad, Chávez es el portavoz de una alianza [con Brasil y otros países]".
En aquella
reunión, también se abordó la posición cubana al respecto. En opinión de Dirceu, a pesar de las excelentes
relaciones entre Venezuela y Cuba, la crispación regional no interesa a
La Habana. Contrariamente, "los problemas internos de Cuba son
tan profundos y su economía tan frágil que el régimen de Castro necesita desesperadamente un ambiente regional calmado para trabajar en la solución de sus problemas y atraer inversión extranjera. Él [Dirceu] reiteró
lo que dijo en sus reuniones de Washington, en
el sentido de que si el Gobierno de Estados Unidos permitiera el comercio y los contactos privados con Cuba, la isla caribeña "sería irreconocible en cinco años".