El fin del mundo

 

Hace tiempo que nadie dice cuándo se va a acabar el mundo, algo que necesitamos saber para estar prevenidos. Por Bimbo Depauli

 

09.10.2013

 

El mundo estuvo por acabarse varias veces el año pasado. Se interpretaron caprichosamente algunas profecías mayas, un par de predicadores norteamericanos aseguró que el Juicio Final era inminente, y de paso algunos expusieron versiones apocalípticas acerca de los escritos de Nostradamus, tan vago que lo mismo podrían decir que se va a acabar el mundo, o que la señora que vive al lado de casa se va a hacer mechitas.

 

El problema es que el mundo sigue tan campante como siempre, caminando lentamente hacia la destrucción, pero sin nada que nos haga pensar que vamos a sucumbir en un futuro cercano. Eso es una verdadera falta de respeto hacia los ciudadanos aplicados, que nos preparamos minuciosamente para advenimiento del Apocalipsis.

 

Una cosa es decir que un cantante melódico internacional se va a presentar en tal o cual fecha y suspender el evento poco tiempo después aduciendo problemas técnicos, cuando en realidad no se vendieron las entradas suficientes para que el negocio sea rentable. Eso ha pasado cientos de veces y es aceptable, comprensible, y a veces hasta deseable. Pero decir que se va a acabar el mundo y que no se acabe es deplorable desde todo punto de vista. Y más lo es no fijar una nueva fecha.

 

Los ciudadanos responsables que acopiamos alimentos y compramos municiones para nuestras escopetas necesitamos que alguien nos diga cuándo va a reventar todo, a fin de saber si recambiamos las provisiones o si podremos subsistir con las que ya tenemos. Mire si por tanto esperar, el fin del mundo nos encuentra con la pólvora mojada, y no podemos volarle la cabeza a quienes pretenden quedarse con nuestras latas de Corned Beef.

 

Tal vez algún trasnochado argumente que no tiene sentido acopiar insumos si se va a acabar el mundo, pero cualquiera que haya sido alguna vez socio de un club de video, sabrá que el mundo nunca se acaba del todo, y que siempre queda alguien vivo, por lo que es necesario tener la alacena bien provista. Sobre todo en Uruguay, donde las cosas siempre se hacen a medias. Capaz que el Apocalipsis acaba con todos en Europa o en Estados Unidos, donde las cosas se hacen bien, pero en nuestro país la devastación nunca será total, ya sea por cuestiones burocráticas o por simple pereza.

 

Por eso necesitamos con urgencia que alguien fije la nueva fecha del fin del mundo. Quien esto escribe tiene guardadas 276 latas de arvejas con vencimiento en 2016. Sería bueno saber si tiene sentido conservarlas, o si es mejor cambiarlas por unas que venzan, por ejemplo, en 2020. No voy a permitir que el acabose me agarre con las arvejas vencidas. Nada sería peor que sobrevivir al fin de los tiempos y morir de botulismo como un bobo alegre.

 

Los humanos somos bichos de costumbres, nos resulta imprescindible que alguien nos diga qué va a pasar y cuándo, aun si se trata de calamidades. Si usted me dice que la humanidad va a desaparecer de la faz de la Tierra dentro de tres o cuatro años, podré salir a la calle tranquilamente, sin pensar que capaz que me pisa un camión lechero. Juntar cosas para sobrevivir al Apocalipsis me asegura vivir hasta que sobrevenga, e incluso un poco más, ya que probablemente sea el único que tenga suficientes arvejas. Pero para eso necesito imperiosamente conocer la fecha, porque vencen dentro de apenas dos años y monedas. Lo mismo pasa con los cartuchos de la escopeta. Los perdigones aguantan bien, pero la pólvora es perecedera y se humedece enseguida, impidiéndole a uno reventar a tiros a los zombis que todos sabemos surgirán cuando todo acabe.

 

Ya fue una falta de respeto que hayamos seguido de largo en diciembre pasado, pero poco podíamos esperar de una profecía maya, ya que ni siquiera pudieron profetizar la extinción de su propia civilización. Pero el mundo está lleno predicadores, y no qué cuernos estarán haciendo en este momento, pero es evidente que no lo están haciendo bien, porque hace meses que nadie en Texas camina blandiendo una Biblia y asegurando que el Juicio Final está a la vuelta de la esquina.

 

Si alguien conoce la fecha del futuro desastre, por favor remítala a este cronista antes de que las arvejas caduquen. Gracias. L