Camino propio a los TLC
Por: Saúl Pineda Hoyos
El 15 de mayo, día de la entrada en vigor del TLC con Estados Unidos, es probable que el primer contenedor que llegue a puerto
corresponda a una importación de maíz. Parece increíble, pero desde hace varios
años la mitad de nuestras arepas tradicionales se hacen con maíz importado.
Por otra parte, la dimensión del reto
para Colombia, con el fin de evitar
la excesiva reprimarización
de sus exportaciones, es más que
considerable. Más para un país que ha direccionado
en promedio más del 42% de sus ventas externas
hacia Estados Unidos durante los últimos 10 años y en los que los productos del sector minero-energético representan el
70% del total. En consecuencia, resulta
imperativo aprender de las experiencias de los países de la región que han adoptado la liberalización comercial como una de sus premisas
de política económica.
Chile, que desde hace
20 años es muy activo en acuerdos
comerciales, hoy relegó a Estados Unidos al tercer lugar de sus destinos
y catapultó a China como su primer socio comercial. Sin embargo, después
de un gran esfuerzo, el país austral muestra una canasta exportadora fuertemente concentrada en la minería, cuyos productos volvieron a explicar en 2011 un poco más del 66% de sus envíos al exterior.
México
es el anverso. Hoy es el líder regional en exportaciones
de valor agregado en sectores
como maquinaria
eléctrica, vehículos y artefactos mecánicos, gracias en gran medida a su
TLC con los Estados Unidos.
Sin embargo, pese a que en
la última década ha impulsado acuerdos con la Unión Europea, Japón y el Efta, más del 80% de sus productos siguen
concentrados en el país del
Norte.
Colombia no goza de las enormes
ventajas geográficas con las que cuenta
México para entrar al mercado norteamericano y es más vulnerable que Chile a los “daños colaterales” de los TLC, dada su amplia base industrial y agrícola.
Es por eso
que nuestro país debe forjar
su propio camino, para que
los TLC se conviertan en una
oportunidad de diversificación
de productos y mercados.
En esta dirección existe un amplio espacio para democratizar
las oportunidades de inserción de las pymes colombianas en los nuevos escenarios de acceso preferencial y, en todo caso, para
impulsar una agenda interna de los TLC con las regiones, que combine políticas sectoriales modernas con una adecuada provisión de bienes públicos.
*Saúl
Pineda Hoyos, Director Cepec,
Universidad del Rosario.