LA INFLUENCIA DE WASHINGTON
EN LA REGION
La IV Flota
de EE.UU. vuelve
a patrullar aguas latinoamericanas
Será
a partir de mañana. Analistas consideran que
el motivo real son los recursos
naturales.
Por: Telma Luzzani
Ninguna potencia mundial toma una
decisión importante si no hay detrás un gran motivo.
En abril, Estados Unidos anunció que mañana, 1° de julio, después de 58 años de inactividad, la IV Flota de su poderoso
Comando Sur, comenzará a patrullar nuevamente aguas latinoamericanas, esta vez bajo
el comando del contralamirante
Joseph Kernan. El currículo
de Kernan, hasta ahora máximo jefe
del Comando de Tácticas Especiales de Guerra
Naval, no es menos preocupante. El marino pertenece al grupo SEAL, un comando de elite con hombres seleccionados
para las más duras operaciones
especiales, preparados para actuar en las condiciones más adversas y exigentes, que intervienen casi siempre aislados de su mando o de otras
unidades. Operaron en Vietnam, Camboya
y Laos. La elección
de Kernan para la IV Flota, según admite
el propio Pentágono, es absolutamente inusual. Es la primera vez que un
SEAL ocupa un cargo semejante.
Es más, con esta decisión, el Comando Sur ha alcanzado el mismo nivel de importancia que el Comando Central que opera con la V Flota en el Golfo Pérsico.
Qué
razón podría tener EE.UU. para enviar
una fuerza naval tan poderosa a una región en paz, sin poderío nuclear, sin conflictos ni amenazas militares
reales "Nunca van a admitir que es
por los recursos naturales pero no es una coincidencia
que esta decisión aparezca cuando se inicia un cambio estructural de la economía mundial en el que las reservas
de agua dulce, los alimentos y los recursos energéticos (que nuestra región tiene en abundancia) se posicionan como un valor estratégico importante", dijo a Clarín Khatchik
Der Ghougassian, especialista
en temas de seguridad de la
Universidad de San Andrés. El profesor cree que hay dos motivos principales: los recursos naturales y el surgimiento en América latina de gobiernos llamados populistas, entre comillas, que aparece cada
vez más en la agenda de seguridad .
Los objetivos declarados
del Pentágono son interactuar
y entrenar a otras armadas luchar contra tráficos ilícitos colaborar con ayuda humanitaria en casos de desastres naturales y mantener las vías económicas
de comunicación por mar libres y abiertas . No ocultan la inmensa importancia que tienen los mares del sur del Hemisferio
Occidental y admiten que se
aumentará la capacidad de actuar por lo que
la IV Flota supervisará barcos y aviones, incluyendo los civiles y comerciales, que naveguen al sur de los EE.UU. Por el momento,
no tendrá nuevas unidades: se iniciará con once buques y un portaaviones.
Pero
otras declaraciones dejan traslucir que los objetivos son más amplios e implican
una penetración en territorio latinoamericano preocupante.
James Stavridis, el actual jefe
del Comando Sur, agregó al narcotráfico, la lucha contra el terrorismo y la posibilidad de responder a la migración
masiva de refugiados de países como Haití o Cuba . Y James Stevenson, comandante
de la marina del Comando Sur, precisó que sus
naves llegarán hasta el tremendo sistema de ríos en Sudamérica, navegando en las aguas marrones más que en las
tradicionales aguas azules .
Es decir un vasto control en el interior del territorio latinoamericano.
El Comando
Sur despliega una actividad social como reparto de alimentos o medicinas que les permite convencer al Congreso norteamericano de que esta penetración está justificada. Pero hay otras lecturas. Hay un líder, Hugo Chávez, que les complica la vida. Y hay un país,
Brasil, con un proyecto de liderazgo que no es en contra de EE.UU. pero que
le quita poder , analizó para Clarín
Ruth Diamint, de la Universidad Di Tella. Supongamos que funcionen el Unasur y el Consejo de Defensa Sudamericano, que en lugar del histórico vínculo con EE.UU. nuestras FF.AA.
vuelquen sus
esfuerzos hacia un modelo más intrasudamericano.
En ese supuesto
escenario una fuerte presencia militar de EE.UU. resulta disuasoria.
Yo creo que
la posibilidad de que EE.UU. invada
el Amazonas o el Acuífero Guaraní
es muy lejana
aunque no absolutamente imposible. Pero, por la lectura
militarista que tiene hoy EE.UU.
de la realidad, ante cualquier incertidumbre o desconcierto aparece la respuesta militar. Si gana Obama, coinciden
ambos especialistas, habrá pocos cambios ya
que estas políticas se planifican para el largo plazo.
Tanto Venezuela como Brasil reaccionaron.
El comandante de la Marina de Brasil,
Julio Moura Neto, dejó claro que
su país no aceptará ninguna intervención naval estadounidense
en aguas brasileñas bajo ninguna hipótesis .
Luego de analizar documentos del Pentágono,
la investigadora mexicana
Ana Esther Ceceña llegó a
la conclusión de que EE.UU. piensa
todo el continente como una gran
isla, como una fortaleza en la que se puede aislar y desde allí luchar,
en caso de que otra potencia le dispute su superioridad en el planeta . Para que esta
gran isla sea impenetrable,
invulnerable y autosuficiente los recursos
naturales son fundamentales. Ceceña analiza los pasos
que EE.UU. ya dio para lograr ese
objetivo
El primero
fue económico: con el neoliberalismo reordenó el uso de los recursos
naturales en beneficio de las grandes transnacionales
o de grupos económicos políticos. No lo logró del todo por
el fracaso del ALCA. El segundo fue legislativo. Se cambiaron las constituciones latinoamericanas que eran muy nacionalistas
y se permitió la entrada del capital privado extranjero y el achicamiento de
la ingerencia del Estado. El tercero
fue militar: EE.UU. presionó
para que se aprobaran leyes de seguridad que en algunos casos permite
la libre circulación del FBI o la CIA por nuestro territorio. Con la IV Flota (y si EE.UU. se va
de la base ecuatoriana de Manta) tendrá
bases militares itinerantes,
con barcos equipados con todo el instrumental, equipo de comunicaciones para interceptar otras naves como si fueran
una base militar completa. Con este
control, EE.UU. no sólo garantiza su acceso a nuestra
región sino que impide el ingreso
de otros competidores (por lo que también
se garantiza su perpetuación como poder).