De espías y cineastas
Por: Vladimir Sosa Sarabia
07/05/2013
Ha
generado cierto revuelvo la detención por espionaje y agitación de Timothy Hallet
Tracy, el supuesto cineasta
documentalista de origen norteamericano, se encontraba en nuestro país desde
hacía unos meses, tiempo en el que además los cuerpos de inteligencia de la revolución bolivariana llevaron a cabo actividades de seguimiento dentro del plan denominado “Conexión Abril”, esto dio como
resultado la captura de el
hombre conocido como “El
Gringo”, como lo informara
el Ministro del Poder
Popular para las Relaciones Interiores, Justicia y Paz, Miguel Rodríguez
Torres, el pasado 25 de abril.
El
Ministro Rodríguez Torres, anunciaba posteriormente que Tracy utilizaba el rol de documentalista como “fachada” para realizar sus
operaciones en el marco de
la llamada “Operación Soberanía”, plan de agitación y desestabilización social y política
que adelantaba (o adelanta) la oposición venezolana, con claras orientaciones fascistas que ha costado incluso la vida de numerosos venezolanos. De este modo como
venezolano patriota y bolivariano me corresponde confiar en nuestros cuerpos de seguridad e inteligencia y que las investigaciones determinaran las verdaderas aventuras de “El
Gringo” en Venezuela.
La
Derecha venezolana y el propio presidente de los Estados Unidos Barack Obama han intentado minimizar
el asunto, tildando de absurdo y hasta “ridículo” la posibilidad de que Timothy H. Tracy sea un espía
estadounidense; pero para rematar un grupo de cineastas venezolanos, algunos incautos, otros no creo, mediante comunicado macilento pretende exigir al gobierno nacional la liberación de “El Gringo”, por considerarlo “a todas luces, un cineasta en ejercicio de su libre actividad de producción audiovisual” e intentan,
además, enarbolar, de nuevo, la tan prostituida bandera de la libertad de expresión, usada hasta el hastío para justificar acciones de propaganda conspirativa
y desestabilizadora en nuestro
país.
Ante
esta situación, yo no voy a discutir
si el fulano es cineasta o zapatero,
en todo caso, un agente de inteligencia (también llamados espías) no tiene porque tener en su curriculum vitae: curso aprobado como espía
profesional certificado por la CIA o el MOSSAD, no. Son agentes y se acabo. Todos los países tienen espías, agentes de inteligencia o contrainteligencia. El asunto es que en Venezuela ahora el Servicio Bolivariano de Inteligencia Nacional SEBIN, otrora DISIP, sirve
a los intereses del pueblo y no presta
apoyo a agencias extranjeras para desfalcar la nación o asesinar venezolanos, como en los días de la democracia puntofijista y su convenio con la Escuela de las Américas.
Por otro lado, ante el intento de “ridiculizar” el asunto por parte del Presidente Obama,
me vino a la mente que en la pasada ceremonia de entrega de los Premios Oscar, la mismísima primera dama del imperio yanqui Michelle Obama, anunciaba la película ganadora. Una obra
basada en acontecimientos reales, de cómo Tony Mendez, un reconocido agente de inteligencia norteamericano funcionario de la CIA, se hace pasar por un productor
de cine para infiltrase en Irán en medio de la recién iniciada Revolución Islámica, era el año 1979. Convencido estoy, de que para
aquel momento el presidente Jimmy Carter hubiese considerado “ridícula” una acusación de espionaje, hecha por el pueblo iraní, hacia un Tony Mendez hipotéticamente
apresado. También estoy seguro que
si “Argo”, nombre de la película ganadora del Oscar 2013
y anunciada rimbombante por Michelle, fuese una historia ridícula,
la dama primera imperialista, jamás se hubiese prestado para el show cinematográfico.
sosasarabia@gmail.com