La mezquita imposible
Sin prejuzgar
los delgados límites entre
la tolerancia y el ejercicio
de la libertad de culto, de
construirse en la Zona Cero,
la mezquita estaría cargada de un simbolismo muy alejado de los principios que aseguran defender sus promotores
Día 18/08/2010
Si el objetivo
de la construcción de la mezquita
«Cordoba House» en las inmediaciones
de la Zona Cero era contribuir
al entendimiento y la coexistencia
de las religiones, es evidente que
desde ese punto de vista es ya un fracaso completo.
La fuerte polémica que el proyecto ha engendrado en la calle se ha trasladado a la arena política, donde la ofensiva del Partido Republicano ante la posibilidad de levantar un complejo religioso en tan significado lugar ha encontrado un fuerte apoyo popular; tanto que incluso en el partido del presidente, una figura de relevancia
como es Harry Reid, líder de los demócratas en el Senado, ha hecho suyo el sentimiento mayoritario de los norteamericanos
y ha mostrado también su rechazo a la ubicación. Sin prejuzgar los delgados límites entre la tolerancia y el ejercicio de la libertad de culto, no se puede ignorar que
de construirse allí, la mezquita estaría cargada de un simbolismo muy alejado de los principios que aseguran defender sus promotores. El mismo Barack Obama
se ha dado cuenta de que no
podía sostener abiertamente el proyecto porque para dar
satisfacción a unos, causaba dolor e indignación a muchos otros, lo que confirma que
el presidente debería haber meditado mejor sus palabras
antes de dar a entender que apoyaba una
idea que divide profundamente
a la sociedad norteamericana.
Nueva York tiene muchas otras
mezquitas, lo que demuestra que no es el hecho en sí lo que incomoda,
sino la decisión de situarla en el mismo lugar en el que se produjo un atentado criminal, cometido por fanáticos
que se arrogaban la condición de defensores de la religión islámica. La mejor manera de demostrar que el Islam no defiende aquel asesinato masivo sería precisamente situar la mezquita en otro lugar.